9 de mayo de 2021

S.L.B.: ¿FEDERALISMO? HISTÓRICAMENTE SIEMPRE SE GOBERNÓ DESDE EL PUERTO – LA VACUNACIÓN, LOS SACRIFICIOS Y CIERTOS MANEJOS – LOS PRECIOS AL CONSUMIDOR NO TIENEN TECHO A LA VISTA – NO DEJA DE PREOCUOPAR EL TEMA DE LA MEGACAUSA – HUMILLANTE Y GROSERA PRESIÓN IMPOSITIVA – EL ARCHIVO, FACTOR ALIADO A LA MEMORIA Y A LA HISTORIA – CULEBRÓN POLÍTICO EN EL MINISTERIO DE ECONOMÍA – LA MALSANA COSTUMBRE DE MALTRATAR A NUESTRA MONEDA, ETC.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” del 9/5/21 emitido en dúplex por AM50 y FM88.5 ambas dependientes de Radio Universidad Nacional de Córdoba.

La verdad, desde siempre…
EL PUERTO, HISTÓRICO PADRE  DE  INJUSTICIAS
E INEQUIDADES QUE DAÑAN AL RESTO DEL PAÍS
 
   Ese tan viejo dicho que Dios está en todas partes pero atiende en Buenos Aires tiene vigencia virtualmente eterna, porque poco ha cambiado el panorama general con los años, por el centralismo porteño al que pretenden maquillar de federalismo.
   Que alguien me diga que las grandes cuestiones nacionales no se resuelven si no pasan por la Capital Federal, pero que sea con fundamentos tanto históricos como prácticos, pese a que años atrás a un presidente de la Nación se le ocurrió trasladar a un sur no tan remoto la capital, pero fueron más fuertes los portentosos intereses económicos y políticos que hicieron papilla aquella intención que alentara Raúl Alfonsín, anunciada el 16 de abril del ‘86 pensando en las vecinas Viedma como capital federal y Carmen de Patagones, rio de por medio, que hubiera sido la circunscripción número veinticinco de Argentina después de las veintitrés provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
   A la finalización de la presidencia radical, en 1989 el proyecto fue congelado por su sucesor Carlos Menem y durante años existió la discusión entre los juristas por la vigencia de la ley 23512, ya que las leyes provinciales que ceden los territorios establecían un plazo de cinco años para materializar el proyecto.
   Las restantes son alternativas ya incorporadas a la historia, pero vale recordar la explosión inmobiliaria de aquellos tiempos, con la sobrevalorización de todo terreno, campo o viviendas de aquellas ciudades y en varios kilómetros a la redonda.
   Obviamente los intereses del puerto quedaron a resguardo porque más allá de la idea de descentralizar, prevaleció la contraria de no innovar, porque es precisamente en el histórico enclave donde se resuelven todas las situaciones conflictivas aunque tengan escenarios lejanos en el enorme territorio nacional: la economía se maneja desde allí y no hay vueltas que darle.
   Pero así como naufragó aquel proyecto hecho ley aún en discusión acerca de su vigencia, en los últimos tiempos y de acuerdo con una realidad que se ha transformado en cotidiana, vemos que en esta especie de negado doble comando para pilotear el país, una cosa es la Casa Rosada u Olivos y otra es el Instituto Patria, organismo creado por la conducción kirchnerista, de donde surgen muchas de las trascendentes medidas que cuentan luego con el beneplácito y la consecuente aprobación presidencial.
   Las provincias alineadas o no con el nivel ideológico nacional se debaten en la maraña de sus propios y agudos problemas y la sumisión parece ser la única salida que les queda si de contar con ayuda económica se trata, aunque ciertos actos de rebeldía, en el tiempo, han significado y motivado arteros golpes a las economías provinciales por la rebelión, manifiesta o silenciosa de sus autoridades.
   La concentración en torno del puerto lógicamente determina idéntico crecimiento demográfico que a su vez incrementa el valor estratégico del emplazamiento humano porque es donde más votos se suman y allí se concentra la atención desde el poder, al considerarlos distritos electorales de trascendental importancia.
   Que junto a la opulencia se instale la pobreza parece no ser tan importante para los que mandan, cuando el asistencialismo reemplaza a la preocupación por disminuir la falta de oferta laboral, transformando a los carenciados en rehenes de las urnas, como rédito por los que llaman planes de ayuda o subsidios.
   En pocas palabras y dentro de lo que pueden calificarse como divagaciones, así como el federalismo en la práctica es más cercano a las utopías que a las realidades, casi las mismas dudas se plantean a la hora de visualizar quién manda en nuestro país: si lo hace el que fuera elegido por la mayoría o por quien buscara asociarse a un candidato para moverse a su propia sombra, con apoyo ideológico exterior, simpatías ganadas durante su vigencia oficial, carisma o por aquello tan humano de asegurarse la libertad.
   De todas maneras, al puerto se le rinde una necesaria pleitesía provinciana porque es desde allí que los grifos se abren o se cierran, aunque desde ese poder debieran entender que hay regiones capaces de mantenerse por su cuenta, sin ruedas de auxilio que después les resulten más onerosas que el coche.
   No se trata de llegar al delirio de pensar en unir a Mendoza, San Luis, Córdoba, Santa Fe y Entre Rios pàra hacer “rancho aparte” sino de hacerle entender al poder central que así como se pregona que al país lo sacamos adelante entre todos, se respete también sin especulaciones, artilugios ni presiones, un federalismo en serio, al que podemos considerar como la única manera de salvarnos.
   Salvarnos todos y no tan sólo el puerto…
  
Dos conceptos acerca de las vacunas
APLAUSO A QUIENES SE SACRIFICAN BRINDÁNDOLAS
Y REPUDIO A LOS DEMAGOGOS QUE  LAS MANIPULAN
 
   No alcanzan las palabras y es una realidad innegable, para agradecer el esfuerzo, el compromiso, la dedicación y el sacrificio de todo el personal afectado a las tareas inherentes al manejo de las prestaciones relacionadas con la pandemia.
   Por experiencias personales, es para aplaudir de pie a estos servidores, desde los infectòlogos especialistas, los médicos, enfermeras y enfermeros, administrativos y en fin, todas aquellas personas que tienen algo que ver con los operativos de hisopados y vacunación.
   Es para resaltar una diferencia acerca de esta situación tomando en cuenta el notable crecimiento de los contagios que parecen amesetarse, pero súbitamente aumentan, para volver a deprimirse las cifras y otra vez alcanzar niveles casi desesperantes.
   Es complicado evaluar la realidad planteada en torno de esta cuestión, porque una cosa es la prevención a través de los hisopados y otra muy distinta es la vacunación, en un escenario donde se publicitan como repetidas epopeyas cada viaje a lejanos puntos del planeta para traer vacunas, pero los resultados no aparecen en concordancia con la exagerada manera de proporcionar su provisión, tomando como referencias las cifras de beneficiarios del pinchazo salvador.
   La información que se maneja en torno de la validez de la primera dosis para los casos de impensadas demoras para la aplicación de la segunda, más que confusa suele caer en dolorosos silencios por algunos días, hasta que se anuncia la aplicación a segmentos etarios que lejos están de los mayores de 70 años ya inoculados con la mitad del medicamento y han sido casi condenados no tan sólo a la demora sino al peligro del olvido.
   Esa situación aparte de confusión aporta angustia y desesperación a quienes no saben si están o no inmunizados con la aplicación parcial, porque las vertientes científicas discrepan acerca de los tiempos que deben respetarse entre una y otra dosis para hacer realmente efectiva la inmunización, porque unos sostienen que se deben respetar los plazos de entre 21 y 28 días y otros aseguran que el paso de dos, tres meses o más, resultan más beneficiosos.
   Hay países que han vacunado a la mayoría de su población y no es por poner de ejemplo a Israel, donde ha sido inoculado con la vacuna toda su población, sino que preocupa el bajo porcentaje registrado en Argentina, mientras crece el número de infectados, de internados en terapia intensiva y de fallecidos.
   Se impone que lo antes posible, las autoridades se pongan de acuerdo con los científicos referentes para disipar cualquier duda que exista, en cuanto a fechas de inoculación de la segunda dosis marca por marca de la vacuna, y la priorización de aquellos más vulnerables por la edad más allá de las ocupaciones laborales que tengan.
   Lo peor sería que siguieran existiendo los privilegios para personajes notables o carteludos de cualquier actividad, para que podamos sostener que las cosas se están haciendo íntegramente correctas y no tan sólo para resaltar la encomiable tarea de los centros de vacunación, cuando hay vacunas, y de los sacrificados laburantes de la prevención y detección del coronavirus.
   No son momentos de aportar confusión, sino de imponer claridad, conocimiento, credibilidad y seriedad en lo que se informa.
 
No hay techo para los abusos
SE LLEGA AL HAMBRE CUANDO NO HAY QUIEN
PONGA  FRENO A LOS AUMENTOS DE PRECIOS
 
   Mire, la verdad, no es hora adecuada ni son cómodas las circunstancias para ponernos a evaluar y preguntar quiénes son en realidad los verdaderos formadores de precios, porque es como si todos se hubieran puesto malignamente de acuerdo para negarse entre ellos esa controvertida y escondida condición.
   Que los productores, que el mayorista, que el intermediario, que el minorista, la cuestión es que los precios se enloquecieron y es la sufrida población argentina la que asiste a esta especie de insano festival de los precios inalcanzables para una buena parte de nuestra ciudadanía.
   Dicen que la culpa de todo está en las intermediaciones, donde se paga peaje en cada etapa hasta llegar a un precio final inalcanzable, que dista enormidades con relación al valor original de un producto y nunca se conocerá la verdad acerca de este planteo en el que no interesan las explicaciones, sino sus nocivos e irreversibles efectos en el seno de una sociedad abrumada por otras realidades, como por ejemplo tener un permanente y acuciante riesgo de perder su vida.
   Que en materia de indumentaria el incremento anual haya llegado al 70 por ciento poco importa, porque la gente a la hora de las prioridades opta por comer más que por vestirse, renovar su guardarropas o conformarse con repetir las pilchas que guardó con cada cambio de estación, total no hay muchas ocasiones de lucirse con el atuendo.
   Nunca dieron resultado los controles de precios, ni esa aventura de los precios cuidados porque al no tener vigencia ningún tipo de control, la actividad se transforma en tierra de nadie, donde el único que se jode es el consumidor.
   Así las cosas y como virtualmente estamos en una especie de guerra contra un mal de figura insignificante pero poderoso a la hora de hacer daño, desde el poder se debiera legislar y obrar en consecuencia, pero no tan sólo en la etapa declamatoria sino en la aplicación de medidas de emergencia, ejemplificadoras e innegociables.
   Duras sanciones para las subas artificiales de precios, cerrado control de las operaciones entre mayoristas y minoristas, contralor también de existencia de productos para evitar el acaparamiento con lo que se hace crecer la demanda y la consecuencia es un aumento desmesurado del precio, y otras medidas que sean para proteger al que compra por necesidad, más que al que especula por angurria.
   De lo contrario asistiremos a un crecimiento no tan solo de la pobreza sino del hambre, de ese hambre de no comer, porque los productos de primera necesidad son los más expuestos a manejos desmedidos en sus precios. No poder comer carne ni tomar leche ni comer pan en el país de las vacas y del trigo, suena a broma draculiana más que a un reflejo de una realidad que no merecemos estar padeciendo.
 
Megacausa del Registro de la Propiedad
FRENTE  A  TANTAS  DUDAS, ES
QUE SEGUIMOS PREGUNTANDO
 
   Si hemos hablado de poner en tela de juicio la prisión preventiva sistemática dictada en la causa del Registro de la Propiedad de Córdoba, la lectura de varios fallos emitidos por la Procuración y la Corte Suprema de Justicia de la Nación como respuesta a las quejas recibidas, contribuyen a sumar leña a esta hoguera. 
   Puede leerse que desde los tribunales superiores consideran que la prisión preventiva dictada en la provincia no se conforma con los criterios de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre esta materia. Manifiestan que los dictámenes restan relevancia, sin analizarlas, a las circunstancias personales invocadas a favor de los imputados como la ausencia de antecedentes penales, la contención familiar con que cuentan, la existencia de domicilio fijo, el desarrollo de un trabajo permanente y el sometimiento voluntario a la actuación de la justicia, aduciendo de manera dogmática que las condiciones deben exceder las del caso, pero sin delinearlas. 
   También se les señala que de manera dogmática afirman que los imputados poseen capacidad para sortear obstáculos y eludir controles legales, sin explicar mínimamente a qué obstáculos y controles se hace referencia. Y aclaran, además, que no indican en ningún momento que los imputados hubieran intentado eludir la acción de la justicia o el curso de la investigación.
  Asimismo pude rescatar algunas expresiones bastante aproximadas a lo textual como que la fundamentación a favor de esta prisión preventiva es sólo aparente, que el fundamento no es válido, que significa un trato idéntico al de un condenado y que la arbitrariedad debe interpretarse de una manera más amplia incluyendo elementos de incorrección e injusticia. 
   Un reto superior difícil de encajar en un Poder Judicial que hace gala de una de las mejores formaciones académicas.  
   Es por todo eso, precisamente, que seguimos preguntando.
 
Consecuencia de soslayar las prioridades
LA PRESIÓN TRIBUTARIA  POR  DESESPERACIÓN 
RECAUDATORIA ES INOPORTUNA Y HUMILLANTE
 
   Es entendible que una provincia y una municipalidad que marginan las verdaderas prioridades lleguen a un estado casi calamitoso de sus finanzas con marcado endeudamiento en moneda extranjera y a plazos no muy amplios, pero no se entiende por qué a esas penosas y evitables equivocaciones se la hagan pagar a la gente, en momentos tan dramáticos cuando el dinero pasa a ser un elemento secundario para quien lo tiene, simplemente porque lo tiene, y parte de su vida para quien no lo posee y para colmo de males, endeudado por circunstancias de las que no arrastra culpa.
   Toda la economía desmadrada y sigue sin pausa ese metejón por hacer cosas que dos años atrás eran necesarias pero que la actualidad ya rotuló como inoportunas llámense caminos, puentes, diques u otros emprendimientos edilicios cuyo hecho de estar o no estar, en nada modifica el ritmo de vida de los cordobeses.
   Por eso es aún más indignante la manera que asumió el cordobesismo y su socio municipal capitalino, de reclamar el pago de deudas impositivas de una manera apremiante y desmedida apelando a las amenazas de juicios, embargos, remate de propiedades y otras coacciones más propias de las maffias que de los gobiernos.
   Es entendible que los procuradores, a quienes se encomienda la poco grata tarea de apremiar y amenazar, tengan esa actividad como fuente de recursos, pero si el Estado humanizara aunque más no fuera un poquito su conducta casi confiscatoria, encontraría en la población una respuesta en la medida de las posibilidades que brinda un estado de excepción sanitaria como el que estamos padeciendo.
   Cuando se habla llenándose la boca de eso que le llaman sensibilidad social, pareciera que tal virtud no existiera en cierto prominente nivel de funcionarios que para colmo han apuntado sus armas de la demagogia en dirección a futuros actos comiciales, sin advertir el daño ni las angustias que están provocando.
   Para colmo con la Unicameral de vacaciones y los ediles en reposo, es como si todas las medidas, en lugar de contar con una base institucional, fueron nada más que el resultado de apetencias de poder por parte de quienes, desde arriba, las están instrumentando.
   Y tal acción, más que repudiable, es peligrosa por su gravedad institucional.
   ¿Qué haría el poder si la ciudadanía, con todo derecho, le reclamara por todas sus innumerables deudas con la sociedad?
   Porque seguridad, salud, vivienda, justicia, orden en la ciudad, limpieza, transporte, son parte de lo que históricamente vienen debiendo, cuando debieran tomar conciencia que a la hora de los votos, en cada urna habrá un procurador que buscará cobrar todo lo que nos deben y la gente, mucha gente, también piensa en desalojos…
 
Guzmán en la cuerda floja
ASOMA  PESADO EL TEMA DE CIERTAS
INTRIGAS EN EL CORAZÓN DEL PODER
 
   Se comenta que el ministro de Economía, Martín Guzmán, tiene su renuncia firmada, pero cosida en uno de sus bolsillos esperando lo que suceda en torno del sainete que vive esa importante cartera del gobierno nacional.
   Aunque dicen que doña Ella considera a Guzman un virtual empleado del Fondo Monetario Internacional, la disputa por su permanencia alcanza también al presidente Fernández y su posición algo así no como conciliadora, sino como una especie de espectador más que de protagonista.
   Guzmán le pidió la renuncia al subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo, hombre de La Cámpora y funcionario que responde a la vicepresidenta Cristina Kirchner, quien se encargó de frenar los aumentos en el precio de la energía eléctrica y en otras prestaciones. “Esas tarifas son para ricos” dijo ella.
   Por lo pronto, Basualdo dijo que resiste en el cargo y la actualización en la tarifa de luz en la city porteña y en el conurbano bonaerense será del 9 por ciento, tal como lo exigían conmilitones cercanos a la vicepresidencia.
   Cuando recién hablamos del poder del Instituto Patria, corazón del kirchnerismo de paladar negro, la realidad está confirmando su peso específico en las decisiones fundamentales y trascendentes del gobierno nacional, hasta el punto que -se comenta- tendrían el nombre del candidato y eventualmente la candidata a ocupar el sillón que Guzman tendría que abandonar.
   Es bien sabido que Guzman tiene buenas relaciones y llegada al Papa Francisco y habrá que ver qué papel juega el Pontífice interviniendo en la disputa, aunque muchos lleguen a negar que participe.
   Curioso este caso en que se repudiaba al FMI hasta que fue necesario negociar con ellos.
 
Contra una percudida negación del ayer
LA TECNOLOGÍA ES UN ALIADO IMPRESCINDIBLE
PARA NO ALTERAR LA MEMORIA NI  LA HISTORIA
 
   Hay tanto y tanto para decir cuando se nos viene a la cabeza y desde el alma, la palabra “memoria” que a veces se nos presenta en momentos inoportunos, siempre y cuando encierre en su espíritu algún detalle negativo porque es muy cierto que los instantes felices son inolvidables.
   Debe ser por eso que uno de los avances mejor logrados en la evolución del mundo es todo lo nuevo que a diario nos regala la tecnología, avasallante y más que nada imprescindible, para mejorar la calidad de vida de una sociedad y del individuo en particular.
   Los archivos, por eso de la humana intención de no olvidar, vienen adquiriendo una notable trascendencia porque más que nada representan una fundamental y grata ayuda a la memoria -que bien vale repetirlo, es el lápiz de la historia- como tantas veces me ha tocado definirla.
   Y si a eso le sumamos el aporte de los sistemas que se aplican en el armado de material que individualmente son nada más que recuerdos pero que editados adquieren la categoría de memorables, nos encontramos con algunas joyitas que son dignas de atesorar, pero también de hacer conocer por esa avidez que existe de escuchar definiciones de ciertos personajes que son protagonistas de la historia actual o de la más reciente.
   Este es el caso que quiero presentarles ahora y por eso de la memoria auditiva, no es necesario siquiera aportar los nombres ni los tiempos en que quedaron grabados estos importantes testimonios.
   Lo escuchemos y si quiere y puede, grábelo porque en algún momento decisivo, de opciones a futuro, será bueno tenerlos presentes…
   (El audio al que se hace referencia puede ser escuchado buscándolo en la sección respectiva, ubicada en la parte superior de la columna en el costado derecho de este blog)
 
Es bueno tenerlos presentes
SOBRE NUESTROS SÍMBOLOS PATRIOS
PARA ATESORARLOS  EN LA  MEMORIA

   Con relación al próximo comentario con el que pondremos fin a nuestra edición de hoy, bien vale hacer algo de docencia radial para aportar datos de la historia argentina que mucho tienen que ver con el tema que servirá de cierre para esta entrega número 672 de “Síganme los buenos”.
   Son fechas y hechos realmente trascendentales: La Bandera, creada por Manuel Belgrano el 27 de febrero de 1812, fue adoptada como símbolo patrio el 20 de julio de 1816. El Escudo tiene su origen en el Sello que usó la Asamblea General Constituyente de las Provincias Unidas del Río de la Plata, ordenado por esta misma Asamblea el 12 de marzo de 1813. La Escarapela, creada por Antonio Luis Beruti y Domingo French, fue instituida por un decreto del 18 de febrero de 1812 del Primer Triunvirato. El Himno Nacional, escrito por Vicente López y Planes y musicalizado por Blas Parera, fue aprobado por la Asamblea General Constituyente, el 11 de mayo de 1813.
   Esto nos ayudará a comprender el espíritu que nos anima al hablar luego de nuestra moneda nacional. 
 
¿La moneda de un país es un símbolo patrio?
DUELE LA MANERA CON  QUE SE MALTRATA AQUÍ A
LOS BILLETES, POSIBLE CASO ÚNICO EN EL MUNDO
 
   La definición de símbolos patrios, académicamente hablando, es que son aquellos que representan a estados, naciones y países, y que son reconocidos por otros estados. Los símbolos patrios de la República Argentina son la Bandera, el Escudo, la Escarapela y el Himno nacional, algo que nos enseñan en la escuela primaria y tenemos la obligación cívica de saberlo sobre todo a la hora de olvidar algún tirón de orejas que antaño solíamos merecer de la maestra por ignorarlo, aunque ahora esa reprimenda sea delito.
   Tenemos mil formas de manifestar nuestro cariño y respeto por esos símbolos y cada pueblo tiene sus maneras de hacerlo que no siempre son coincidentemente aplicables en las distintas geografías mundiales: en Inglaterra hasta los calzoncillos tienen su bandera igual que en los Estados Unidos; en Italia he visto juegos de cama con su bandera y en España hasta las cortinas de un hotel lucían los colores y el formato de su enseña nacional.
   Las imágenes de su majestad el dólar o el euro están presentes en cada rincón de la vida en aquellos países donde son moneda corriente, y ni se le ocurra hacer circular en cualquier parte del viejo continente o en el más recóndito pueblito yanky, un billete con alguna inscripción, dibujo, caricatura o deformación del original, porque en lo pràctico no tienen validez corriente y son rechazados.
   Y no todos los bancos de esas latitudes los cambian ni los reciben y aquí entre nosotros hay vivarachos que los toman para cambio, pero reconocen alrededor de un 60 por ciento de su valor, como si aplicaran una especie de multa a la estupidez de alterarlos y después, si, los reemplazan a valor real en el país de origen.
   ¿Por qué los argentinos o al menos entre los que bien pueden ser rotulados como imbéciles, nació y persiste esa costumbre de ridiculizar a nuestra moneda-papel?
   Les escriben mensajes, sentencias religiosas, ofertas sexuales, números telefónicos, consignas deportivas, arengas políticas, les ponen bigotes, anteojos o parches a los próceres y otras variadas boludeces que de hecho, debieran ser tomadas como adulteraciones motivantes de rechazo.
   Aparte de ser una expresión de incultura no deja de ser una ofensa a la historia; un insulto a quienes por alguna valedera razón han merecido aparecer en miles de billetes de los tantos millones y millones que circulan y aumentan, porque esa es otra de las consecuencias de la descontrolada inflación.
   Si alguna vez nuestros legisladores tuvieran la aislada, ocurrencia de promover un instrumento legal que determinara la inhabilitación de esos billetes para su utilización corriente, seguramente con el tiempo los estúpidos iconoclastas aprenderían a respetar a nuestra moneda como a los símbolos, porque no deja de ser uno de ellos -el más corriente de los íconos- aunque oficialmente no haya sido declarada como tal.
   Maltratar y ultrajar a nuestra moneda impresa es más o menos como mancillar la Bandera, la Escarapela, el Escudo o tomar en joda al Himno Nacional.
   Como ciudadano, tengo la convicción que nuestra moneda, aunque injuriada y atropellada por las circunstancias y los vaivenes de nuestra inestable economía, no deja de ser un símbolo patrio.
   Y como tal, merece el mayor de los respetos.

 

 


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