Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” edición nº 675 del 30/05/21 emitida en dúplex por AM580 y FM88.5, dependientes ambas de Radio Universidad Nacional de Córdoba.
La realidad que nos rodea
UNA MEZCLA DE INDIGNACION E IMPOTENCIA
NOS VIENE AGOBIANDO SIN MISERICORDIA
Asistimos apenados y con las
esperanzas llenas de moretones, a un festival de desaciertos que nos van
minando la paciencia, que nos despedazan las expectativas; que nos roban
descaradamente el futuro. Que se nos ríen en la cara desde la tarima de algún poder
que los resguarda.
Desde el nivel nacional nos hartaron de promesas en cuanto a la provisión de vacunas, a las fechas en que estaríamos todos inmunizados, a una logística que decían era impecable para un reparto equitativo de las dosis. Y nos siguen dilatando los plazos que aseguraron serían respetados.
Y siguen franeleándose, insultándose y descalificándose en nombre de la vacuna Pfizer que si de por medio hubo o no hubo cometa, si las vacunas rusas son parte de un compromiso ideológico, nadie informa si gastamos más en mandar tantos aviones que en vacunas, nadie puede asegurar que se hayan terminado los privilegios y es puro verso todo lo que se aventura frente a la peligrosa como imparable cercanía del invierno, que es el que todo lo acelera, especialmente las consecuencias nefastas.
Aquello de privilegiar la salud por encima de la economía demostró su fracaso rotundo porque estamos cada día más contagiados, más recluidos en terapias intensivas, más cerca de las despedidas sin abrazos y más lejos siquiera de pensar que al menos estamos recuperando el valor de nuestro dinero y la estabilidad económica no de las grandes industrias, de las enormes empresas sino de lo que se maneja en el hogar, de lo que allí se sufre en carencias agravadas por presiones incalificables.
La Provincia viene dilatando la compra de vacunas frente a la indisimulable actitud superior de mostrar su empatía cero con el cordobesismo, aunque pretendan disfrazar esas angustias con anuncios que no pasan de ser eso, en una Córdoba acosada por la indiferencia estatal que ahora se sorprende por el avance de la pandemia, pero no lo hace con el demencial crecimiento de la inseguridad merced a lo cual todos somos escudos humanos frente al hampa que se mueve y actúa a su antojo, amparada por la inexplicable inexistencia de una política integral que la combata y a la vez la corona con una llamativa impunidad.
Y basta ya de presionar a la ciudadanía para el pago de impuestos y de servicios atrasados ¿o son tan inútiles desde arriba que no se dan cuenta que en cada hogar hay una crisis? ¿Qué en cada casa se vive un drama? ¿Qué cada familia cordobesa es víctima de la insensibilidad oficial, esa que privilegia caminos, obras postergables y para nada prioritarias y endeudamiento alevoso en moneda extranjera, por encima de la atención de la salud en tiempos de pandemia?
Si se gastara menos en esos emprendimientos que bien pueden esperar y en el oneroso autobombo publicitario de lo que dicen es bueno que hacen, podríamos comprar esas vacunas que tanto se demoran o que algunos desalmados pueden estar escondiendo. Y resulta que frente a las protestas de sectores afectados, de los que casi no existen excepciones, amenazan con sanciones mediante acciones mafiosas de amedrentamiento, es que cualquiera de nosotros se pregunta por qué no actúan de la misma manera frente a los desbordes de organizaciones sindicales o sociales digitadas ideológicamente, que coartan entre otros derechos consagrados, la libertad de ir a trabajar o de circular por nuestras calles.
No quiero alterarme porque la bronca contenida cuando se manifiesta suele ser desmedida, y es precisamente lo que nos ocurre a la mayoría de los cordobeses, cuando vemos con qué ímpetu, insistencia y alevosas presiones desde la Municipalidad se han lanzado a una campaña para que sus arcas recuperen dinero fresco, de todo ese dinero que se gastó al reverendo pedo haciendo obras de maquillajes y coloridos que bien podían y aún pueden esperar.
En cualquier democracia del mundo la gente frente a tamaños desmanejos saldría a la calle para reclamar que todos los funcionarios que demostraran ser inútiles, se mandaran a mudar, pero dentro de todo los cordobeses somos demasiado contemplativos y más aún si estamos encerrados…
El radicalismo plantea que los trabajadores de Luz y Fuerza, EPEC para ser más claro, claudiquen en el cobro de ese regalo que les hacemos por una eficiencia que no es tan notoria, pero que no deja de ser una conquista gremial. Me refiero a esos dineros anuales de seis cifras al menos y cuyo promedio comienza con el número 4 o sea arriba de 400 lucas per cápita, pero nada dicen los unicameralistas de Alem y de otros próceres, cuánto de sus jugosas dietas y otros privilegios aportaron para ingresarlos a los presupuestos de lucha por nuestra salud.
Los tiempos de la vigencia de la sucia hipocresía no debieran ser parte de nuestra historia, porque estaríamos insultando a la memoria, esa memoria de luchas frontales por mejorar en todo aspecto, para transformarnos en serviles de los privilegiados del poder.
Alguien tiene que poner freno a ese avasallamiento de las economías familiares y comerciales que dan trabajo a tanta gente, flexibilizando sus exigencias desmedidas, disponiendo moratorias y más que nada, dejándose de gastar dinero a raudales como si en lugar de ir transitando hacia la pobreza general, se tratara de nuevos ricos.
Esos que se consideran nuevos ricos prohijados por la política, o el poder en cualquiera de sus ubicaciones y niveles, son los que están de más y tienen la patriótica obligación de mandarse a mudar, porque llegadas las cosas a un extremo del que no estamos demasiado alejados, debe ser jodido que te corran a empujones…
Basta ya. Basta de derrochar. Basta de inútiles y de carteludos. Basta de mentir y de engañarnos.
Tres citas para quienes íntimamente se sientan aludidos, se hagan los osos y para que también me entiendan quienes adopten el temperamento del perro que lo están… mejor lo dejemos allí: “Una mentira nunca vive hasta hacerse vieja” según Sófocles; “Lo que me molesta no es que me hayas mentido sino que, de aquí en adelante, ya nada te podré creer” según Nietzche y por último un proverbio judío que es más una sentencia: “Con una mentira puede irse muy lejos, pero sin esperanza de volver”.
Respetuosa y cívicamente dicho, en uso y práctica de la libertad y de la Democracia que tanto nos costó recuperar:
Váyanse los que se sientan aludidos.
La historia -que es un juez inapelable- se los agradecerá…
Deuda provincial
HABRÁ QUE VER CÓMO SE LAS ARREGLA QUIEN
VENGA, DEL MISMO PALO O NO, PARA PAGARLA
Los cordobeses o al menos
muchos de ellos entre los que sinceramente me cuento, tenemos la pésima
costumbre de malpensar cuando vemos algunos nubarrones que se acercan, tenemos
miedos a las tormentas, a los ventarrones y al granizo y corremos a guardar el
auto, cerrar las ventanas, darle abrigo al pichicho, guarecer las plantas y
verificar que no haya aberturas por donde puedan entrar el agua, el tierral o
lo que pudiera venir.
Más o menos esa es la actitud actual cuando advertimos el creciente incremento de lo que debemos a muchos acreedores, tanto de adentro -que suelen ser los más exigentes en todo sentido- como de afuera, que necesitan que nos sigamos endeudando en dòlares hasta el flequillo porque prefieren seguir sumando intereses, casi una inversión extra y agregando sanciones de cualquier tipo por los retrasos.
Es cierto y bobo sería negarlo que se están haciendo cosas, muchas de ellas superfluas para los críticos tiempos que vivimos, cuando en realidad son otras las prioridades que nos aprietan como por ejemplo y aunque no todos le asignen importancia, que es el valor de la vida para lo cual la salud es imprescindible, vaya tontería, dirán ustedes…
Endeudados por algo que ayude a la subsistencia es el mejor argumento que los políticos marcados de honestidad debieran exhibir y hacer cáscara con ello, cuando asignan fondos a eso que es la vida, porque los caminos pueden esperar, los maquillajes urbanos también, el autobombo asimismo tendría que prohibirse por ley y rehabilitarlo un par de meses antes de cualquier comicio, porque es allí por donde se van diluyendo los sacrificados aportes del pueblo hacia las arcas de un Estado que en nuestro caso es demasiado angurriento, dispendioso para algunos gastos y pijotero en muchos otros.
Pareciera que no hay un pensamiento a futuro, o que en realidad se lo tiene bastante en cuenta, porque con todo lo que estamos debiendo los cordobeses, no alcanzará el actual y un par o más de mandatos para que podamos salir del endeudamiento y recuperar la tranquilidad de saber que los responsables del despilfarro inoportuno, no vendrán por nuestras casas o por cualquier propiedad que podamos tener más allá de la digna vivienda.
Es esa ambigüedad de no saber si vienen otros del mismo palo que los apañen, o algún opositor que tenga la ocurrencia de escarbar en el pasado y encontrarse con sorpresas medianamente previsibles.
Ese si, debe ser el dolor de cabeza y un llamado de atención de la conciencia, de aquellos que se preparan para eternizarse en el poder o que en el peor de los casos se afirman en aquella vieja costumbre no “que pase el que sigue” sino que el que sigue tenga con qué pagar.
Después de todo, históricamente, los que pagamos somos nosotros, todos nosotros, siempre, menos ellos.
¿Y cómo comprar vacunas desde la provincia? La ley lo permite, no lo prohíbe tengo entendido, igual que los patrulleros, las motos, las armas, la tecnología para una seguridad perdida que no alcanzamos a recuperar. En una emergencia más aún se impone la compra directa sin licitación ni concurso de precios, tratándose de vacunas.
Todo lo demás puede esperar…
Cirugía de urgencia
EL “SUPER AGENTE ’86” DEBIÓ SER INTERVENIDO
ANTE UN PERSISTENTE ATAQUE DE CARCAJADAS
Por allí dentro del drama que
vivimos, las incertidumbres, los lutos, las preocupaciones y las angustias,
suelen surgir alivios que nos trae no una diversión o un placer, sino ciertos
elementos de la sociedad que en verdad han sido creados y son sostenidos para
otros objetivos, más allá del entretenimiento que le aportan a una sociedad
castigada por la inclemencia de la pandemia, el derrumbe económico y otras
calamidades conexas.
Hablar de espionaje entre nosotros, en el aspecto político, creo que pocas veces se ha dado formalmente, salvo en algunos aislados casos relacionados con los tiempos previos a la guerra por nuestras Malvinas.
Pero ya en el nivel doméstico, más allá de los espionajes de índole particular en averiguación, por ejemplo de infidelidades ya sean matrimoniales, comerciales, empresarias, artísticas, sociales o deportivas, tendríamos como para hacer dulce, pero casi ninguna trasciende y en consecuencia el conocimiento público no toma conciencia de tales casos y se priva de divertirse por ello.
Pero eso de encontrar a dos policías descalzos, con sus borceguíes en el piso, arrodillados y escuchando lo que conversaban dos altos funcionarios en un despacho de Tribunales 1 no es para escandalizarse, aunque sirva para mostrar el grado de seriedad que impera en la conducción tanto de la policía como de la Justicia, porque no me vengan ahora con el verso que fue un aislado caso de curiosidad.
La seriedad institucional impone que alguien oficialmente ponga las cosas en claro y si existió una anormalidad en tal proceder, que se apliquen los correctivos necesarios no tan solo a sus protagonistas visibles y sorprendidos como el vulgo dice “haciendo pis en la plaza” sino establecer por mandato de quién o de quienes, pasaron a figurar en los anales del absurdo.
Si caen al Tribunal de Conducta Policial seguramente los absolverán por risa, porque si nadie desde allí impidió que un policía bajo proceso siguiera portando arma y uniforme y que resultó ser el asesino de un muchacho inocente, no es para pensar que siquiera les tiren de las orejas, aunque debieran hacerlo y con rigor, algo más abajo..
Y si nadie se hiciera cargo, que al menos los actores principales de este sainete, formalmente, le pidan disculpas al “Superagente 86” por haber plagiado su estilo aunque los zapatófonos hayan quedado lejos de ellos, en el marmolado piso de nuestros sacrosantos tribunales.
La Megacausa del Registro
INTERPRETACIONES VARIAS CON
RELACIÓN A LAS OBEDIENCIAS
La prisión preventiva transformada en costumbre, dejando de lado su
aplicación excepcional, las detenciones masivas y en mediáticos operativos, de
empleados sin ninguna condición jerárquica, de escribanos, tramitadores y
compradores que alegan buena fe, dado que los informes emanados del Registro no
indicaban anomalías, el feroz encierro, usado como elemento de coacción para
inducir la autoincriminación, todo esto sumado a la imaginación acusadora,
convirtiendo en prueba las relaciones casuales, como trabajar en la misma
oficina, figurar en la agenda de algún acusado o haber realizado una llamada
telefónica y la creación de una comisión especial única para juzgar los casos,
con oídos sordos a las denuncias y acusaciones
contra funcionarios y marcada indiferencia
ante los consejos de distintas entidades calificadas en la materia,
resumen el combo llamado causa del Registro de la Propiedad de Córdoba.
Un combo que no sería tal de haberse cumplido con lo establecido en la ley, en la Constitución y las recomendaciones de organismos y entidades de derechos humanos.
Aunque podría pensarse esta causa como una situación de confusión o error judicial masivo, ello se disipa frente a la legal claridad para absolver o sobreseer a allegados a la familia política o judicial.
Se dice que la obediencia es llevar a cabo lo que dicta una orden o lo que manda una persona. El diccionario además habla de obediencia ciega cuando se presta sin examinar los motivos o razones de quien manda y obediencia debida cuando se rinde al superior jerárquico eximiendo de responsabilidad.
Y si no es por error, ¿será por este lado?
Festival de beneficios
LLAMADO A POBLAR EL PAÍS, EVITAR APORTES
Y SUMAR VOTOS PARA PRÓXIMAS ELECCIONES
Me vienen a la memoria, con
mucho de nostalgias y simpatías, aquel viejo, gastado y percudido grito como de
guerra de nuestra juventud y su explosión hormonal, cuando vociferábamos eso
que cualquiera recuerda, “porque se acaba el mundo” que terminábamos con un
alarido.
Más o menos es lo que ahora debiera ponerse nuevamente en boga frente a esa intención de agregar años a mujeres que no hubieran aportado al sistema jubilatorio, por cada hijo que tuvieran.
Se habla de 3 años más y nada se dice de los niños adoptados, o de los lamentablemente fallecidos o de otros casos excepcionales, pero pareciera que esos detalles no tienen importancia y sí la tienen los resultados, algo así como “bonus track” al festival de subsidios que vivimos los argentinos.
El fin social de tal iniciativa puede que sea aceptable, plausible, patriótico, solidario y con todos los adjetivos que le quieran poner, pero no deja de representar un acto de injusticia para todos aquellos argentinos y argentinas que se deslomaron para juntar años y aportando buen dinero que les permitieran una jubilación digna, aunque esta dignidad por lo general estè alejada de la realidad.
De ninguna manera se ataca en lo personal esta cuestión, pero bueno sería conocer cuál será la fuente de recursos para que no caigamos al final de siempre, que están para eso las arcas de la Anses, a la que contribuyeron como recién les apuntaba, millones de compatriotas que luego vieron evaporarse muchos de esos fondos en el fútbol para todos, autos para todos, bicis para todos, carne para todos y otras lindezas.
Nada mejor entonces que abordar este tema con alguien que de jubilaciones sabe un montón, como lo es el abogado, nuestro abogado, el Dr. Héctor Mario Silvestro, hombre de Laspiur…
La participación del especialista en Derecho Previsional, abogado Héctor Mario Silvestro, sumamente interesante por su contenido analítico y los detalles que aportara, puede ser consultada en el área correspondiente de este blog, ubicada en “Audios”, parte superior de la columna de la derecha.
El transporte urbano y otro paro
NUEVA DEMOSTRACIÓN SOLIDARIA DE ESTOS VIEJOS
“SOCIOS” PARA CONSEGUIR AJUSTES DEL BOLETO
La memoria colectiva
-correctamente aplicado este término y ya verán por qué- de los cordobeses no
puede resetearse como las computadoras, porque la indignación popular fue tan
memorable, que tanto la UTA como la FETAP acusaron el impacto de haberse asociado
para jodernos la vida durante más de 10 días de paro, en una muestra de
insensibilidad y de desprecio por las necesidades del prójimo.
Miles de trabajadores en aquella no muy lejana ocasión perdieron presentismo, puntualidad, suplementos dinerarios y otros estímulos porque en una mezcla de capricho por el precio del boleto y de feroz lucha interna en lo gremial, quienes pagaron el pato fueron los usuarios, sostenedores y muy caros, de un sistema de transporte perverso como el que padecemos aquí, en la docta Córdoba.
Pero la historia y la memoria demasiado reciente nos enseñó que no todo estaba dicho, porque aquella insensibilidad por la que algunos dirigentes sindicales llegaron a pedirle disculpas a la ciudadanía, ahora se renovó con el agravante de atacar en plena pandemia, con mucha gente que no pudo llegar a los vacunatorios o desplazarse para hisopados, consultas médicas, o de última para ir a trabajar en los lugares habilitados, cuando las monedas suman y la necesidad oprime.
UTA y la FETAP evidentemente se asociaron con el mecanismo de siempre: presionar al poder concedente para que ajustara el precio del boleto ,no a la realidad acuciante que vivimos, sino al capricho de quienes se mueven con los mafiosos mecanismos del apriete.
La Muni, por ahora los reculó con costas adelantando que no pensaba modificar la tarifa de nuestro deficiente transporte urbano. Y desde la Nación adelantaron que no enviarían nuevos subsidios.
Por ahora las cosas quedaron allí pero que no nos provoque sorpresa que en cualquier momento, cuando la lucha interna del gremio levante temperatura, volvamos a padecer esa costumbre de ver a los candidatos a carteludos, usar de rehenes a miles de cordobeses con tal de llegar a la conducción.
Es como si allí los estuviera esperando algún oculto tesoro…
Un caso de estricta justicia
SI DEVUELVEN LO CONFISCADO COMO “GANANCIAS”
SERÁ MENOS PENOSO PAGAR TRIBUTOS ATRASADOS
Es probable que siendo víctimas
momentáneas de algún ataque de inocencia, podamos llegar a pensar que desde el
poder no sabían que descontar o mejor dicho bolsiquear a los jubilados, con el
pretexto de hacerlos tributar en el rubro “ganancias”, era un proceder anticonstitucional,
pero parece que la desesperación por recaudar les cerró las entendederas y
obraron más que por impulso, por acuciante necesidad presupuestaria.
Las cosas por ahora se han encaminado a una justa solución con la eliminación de despojar esa suma por aquel concepto a la clase pasiva y no tan pasiva, porque la crisis a muchos de ellos les hace retomar trabajos para hacer menos penosa la subsistencia.
La ley está, pero falta su reglamentación, que es la clave del asunto especialmente porque es lo que regula su aplicación.
Haciendo un paréntesis, es para recordarle a los que mandan que si un ciudadano se atrasa en el pago de cualquier tributo, la máquina automática del despojo les recarga montos por mora y algunas otras penalidades dinerarias aunque sea incluyendo el pago en cómodas cuotas con el consiguiente plus por la tardanza en pagar.
Entonces cabe preguntar que si eso es lo correcto, ¿sería correcto también que cuando devuelvan lo despojado al segmento más desprotegido de la comunidad, a los más vulnerables y afanables, le agregaran los intereses devengados para el Estado por la utilización de esos dineros por tanto tiempo?
Porque si la devolución se hace en 5 cuotas, cuando los viejos cobren la última con la inflación que nos agobia, recibirán un par de monedas, si es que quedan.
Y eso, con nuestros jubilados, sería otra tremenda injusticia.
UNA MEZCLA DE INDIGNACION E IMPOTENCIA
NOS VIENE AGOBIANDO SIN MISERICORDIA
Desde el nivel nacional nos hartaron de promesas en cuanto a la provisión de vacunas, a las fechas en que estaríamos todos inmunizados, a una logística que decían era impecable para un reparto equitativo de las dosis. Y nos siguen dilatando los plazos que aseguraron serían respetados.
Y siguen franeleándose, insultándose y descalificándose en nombre de la vacuna Pfizer que si de por medio hubo o no hubo cometa, si las vacunas rusas son parte de un compromiso ideológico, nadie informa si gastamos más en mandar tantos aviones que en vacunas, nadie puede asegurar que se hayan terminado los privilegios y es puro verso todo lo que se aventura frente a la peligrosa como imparable cercanía del invierno, que es el que todo lo acelera, especialmente las consecuencias nefastas.
Aquello de privilegiar la salud por encima de la economía demostró su fracaso rotundo porque estamos cada día más contagiados, más recluidos en terapias intensivas, más cerca de las despedidas sin abrazos y más lejos siquiera de pensar que al menos estamos recuperando el valor de nuestro dinero y la estabilidad económica no de las grandes industrias, de las enormes empresas sino de lo que se maneja en el hogar, de lo que allí se sufre en carencias agravadas por presiones incalificables.
La Provincia viene dilatando la compra de vacunas frente a la indisimulable actitud superior de mostrar su empatía cero con el cordobesismo, aunque pretendan disfrazar esas angustias con anuncios que no pasan de ser eso, en una Córdoba acosada por la indiferencia estatal que ahora se sorprende por el avance de la pandemia, pero no lo hace con el demencial crecimiento de la inseguridad merced a lo cual todos somos escudos humanos frente al hampa que se mueve y actúa a su antojo, amparada por la inexplicable inexistencia de una política integral que la combata y a la vez la corona con una llamativa impunidad.
Y basta ya de presionar a la ciudadanía para el pago de impuestos y de servicios atrasados ¿o son tan inútiles desde arriba que no se dan cuenta que en cada hogar hay una crisis? ¿Qué en cada casa se vive un drama? ¿Qué cada familia cordobesa es víctima de la insensibilidad oficial, esa que privilegia caminos, obras postergables y para nada prioritarias y endeudamiento alevoso en moneda extranjera, por encima de la atención de la salud en tiempos de pandemia?
Si se gastara menos en esos emprendimientos que bien pueden esperar y en el oneroso autobombo publicitario de lo que dicen es bueno que hacen, podríamos comprar esas vacunas que tanto se demoran o que algunos desalmados pueden estar escondiendo. Y resulta que frente a las protestas de sectores afectados, de los que casi no existen excepciones, amenazan con sanciones mediante acciones mafiosas de amedrentamiento, es que cualquiera de nosotros se pregunta por qué no actúan de la misma manera frente a los desbordes de organizaciones sindicales o sociales digitadas ideológicamente, que coartan entre otros derechos consagrados, la libertad de ir a trabajar o de circular por nuestras calles.
No quiero alterarme porque la bronca contenida cuando se manifiesta suele ser desmedida, y es precisamente lo que nos ocurre a la mayoría de los cordobeses, cuando vemos con qué ímpetu, insistencia y alevosas presiones desde la Municipalidad se han lanzado a una campaña para que sus arcas recuperen dinero fresco, de todo ese dinero que se gastó al reverendo pedo haciendo obras de maquillajes y coloridos que bien podían y aún pueden esperar.
En cualquier democracia del mundo la gente frente a tamaños desmanejos saldría a la calle para reclamar que todos los funcionarios que demostraran ser inútiles, se mandaran a mudar, pero dentro de todo los cordobeses somos demasiado contemplativos y más aún si estamos encerrados…
El radicalismo plantea que los trabajadores de Luz y Fuerza, EPEC para ser más claro, claudiquen en el cobro de ese regalo que les hacemos por una eficiencia que no es tan notoria, pero que no deja de ser una conquista gremial. Me refiero a esos dineros anuales de seis cifras al menos y cuyo promedio comienza con el número 4 o sea arriba de 400 lucas per cápita, pero nada dicen los unicameralistas de Alem y de otros próceres, cuánto de sus jugosas dietas y otros privilegios aportaron para ingresarlos a los presupuestos de lucha por nuestra salud.
Los tiempos de la vigencia de la sucia hipocresía no debieran ser parte de nuestra historia, porque estaríamos insultando a la memoria, esa memoria de luchas frontales por mejorar en todo aspecto, para transformarnos en serviles de los privilegiados del poder.
Alguien tiene que poner freno a ese avasallamiento de las economías familiares y comerciales que dan trabajo a tanta gente, flexibilizando sus exigencias desmedidas, disponiendo moratorias y más que nada, dejándose de gastar dinero a raudales como si en lugar de ir transitando hacia la pobreza general, se tratara de nuevos ricos.
Esos que se consideran nuevos ricos prohijados por la política, o el poder en cualquiera de sus ubicaciones y niveles, son los que están de más y tienen la patriótica obligación de mandarse a mudar, porque llegadas las cosas a un extremo del que no estamos demasiado alejados, debe ser jodido que te corran a empujones…
Basta ya. Basta de derrochar. Basta de inútiles y de carteludos. Basta de mentir y de engañarnos.
Tres citas para quienes íntimamente se sientan aludidos, se hagan los osos y para que también me entiendan quienes adopten el temperamento del perro que lo están… mejor lo dejemos allí: “Una mentira nunca vive hasta hacerse vieja” según Sófocles; “Lo que me molesta no es que me hayas mentido sino que, de aquí en adelante, ya nada te podré creer” según Nietzche y por último un proverbio judío que es más una sentencia: “Con una mentira puede irse muy lejos, pero sin esperanza de volver”.
Respetuosa y cívicamente dicho, en uso y práctica de la libertad y de la Democracia que tanto nos costó recuperar:
Váyanse los que se sientan aludidos.
La historia -que es un juez inapelable- se los agradecerá…
HABRÁ QUE VER CÓMO SE LAS ARREGLA QUIEN
VENGA, DEL MISMO PALO O NO, PARA PAGARLA
Más o menos esa es la actitud actual cuando advertimos el creciente incremento de lo que debemos a muchos acreedores, tanto de adentro -que suelen ser los más exigentes en todo sentido- como de afuera, que necesitan que nos sigamos endeudando en dòlares hasta el flequillo porque prefieren seguir sumando intereses, casi una inversión extra y agregando sanciones de cualquier tipo por los retrasos.
Es cierto y bobo sería negarlo que se están haciendo cosas, muchas de ellas superfluas para los críticos tiempos que vivimos, cuando en realidad son otras las prioridades que nos aprietan como por ejemplo y aunque no todos le asignen importancia, que es el valor de la vida para lo cual la salud es imprescindible, vaya tontería, dirán ustedes…
Endeudados por algo que ayude a la subsistencia es el mejor argumento que los políticos marcados de honestidad debieran exhibir y hacer cáscara con ello, cuando asignan fondos a eso que es la vida, porque los caminos pueden esperar, los maquillajes urbanos también, el autobombo asimismo tendría que prohibirse por ley y rehabilitarlo un par de meses antes de cualquier comicio, porque es allí por donde se van diluyendo los sacrificados aportes del pueblo hacia las arcas de un Estado que en nuestro caso es demasiado angurriento, dispendioso para algunos gastos y pijotero en muchos otros.
Pareciera que no hay un pensamiento a futuro, o que en realidad se lo tiene bastante en cuenta, porque con todo lo que estamos debiendo los cordobeses, no alcanzará el actual y un par o más de mandatos para que podamos salir del endeudamiento y recuperar la tranquilidad de saber que los responsables del despilfarro inoportuno, no vendrán por nuestras casas o por cualquier propiedad que podamos tener más allá de la digna vivienda.
Es esa ambigüedad de no saber si vienen otros del mismo palo que los apañen, o algún opositor que tenga la ocurrencia de escarbar en el pasado y encontrarse con sorpresas medianamente previsibles.
Ese si, debe ser el dolor de cabeza y un llamado de atención de la conciencia, de aquellos que se preparan para eternizarse en el poder o que en el peor de los casos se afirman en aquella vieja costumbre no “que pase el que sigue” sino que el que sigue tenga con qué pagar.
Después de todo, históricamente, los que pagamos somos nosotros, todos nosotros, siempre, menos ellos.
¿Y cómo comprar vacunas desde la provincia? La ley lo permite, no lo prohíbe tengo entendido, igual que los patrulleros, las motos, las armas, la tecnología para una seguridad perdida que no alcanzamos a recuperar. En una emergencia más aún se impone la compra directa sin licitación ni concurso de precios, tratándose de vacunas.
Todo lo demás puede esperar…
EL “SUPER AGENTE ’86” DEBIÓ SER INTERVENIDO
ANTE UN PERSISTENTE ATAQUE DE CARCAJADAS
Hablar de espionaje entre nosotros, en el aspecto político, creo que pocas veces se ha dado formalmente, salvo en algunos aislados casos relacionados con los tiempos previos a la guerra por nuestras Malvinas.
Pero ya en el nivel doméstico, más allá de los espionajes de índole particular en averiguación, por ejemplo de infidelidades ya sean matrimoniales, comerciales, empresarias, artísticas, sociales o deportivas, tendríamos como para hacer dulce, pero casi ninguna trasciende y en consecuencia el conocimiento público no toma conciencia de tales casos y se priva de divertirse por ello.
Pero eso de encontrar a dos policías descalzos, con sus borceguíes en el piso, arrodillados y escuchando lo que conversaban dos altos funcionarios en un despacho de Tribunales 1 no es para escandalizarse, aunque sirva para mostrar el grado de seriedad que impera en la conducción tanto de la policía como de la Justicia, porque no me vengan ahora con el verso que fue un aislado caso de curiosidad.
La seriedad institucional impone que alguien oficialmente ponga las cosas en claro y si existió una anormalidad en tal proceder, que se apliquen los correctivos necesarios no tan solo a sus protagonistas visibles y sorprendidos como el vulgo dice “haciendo pis en la plaza” sino establecer por mandato de quién o de quienes, pasaron a figurar en los anales del absurdo.
Si caen al Tribunal de Conducta Policial seguramente los absolverán por risa, porque si nadie desde allí impidió que un policía bajo proceso siguiera portando arma y uniforme y que resultó ser el asesino de un muchacho inocente, no es para pensar que siquiera les tiren de las orejas, aunque debieran hacerlo y con rigor, algo más abajo..
Y si nadie se hiciera cargo, que al menos los actores principales de este sainete, formalmente, le pidan disculpas al “Superagente 86” por haber plagiado su estilo aunque los zapatófonos hayan quedado lejos de ellos, en el marmolado piso de nuestros sacrosantos tribunales.
INTERPRETACIONES VARIAS CON
RELACIÓN A LAS OBEDIENCIAS
Un combo que no sería tal de haberse cumplido con lo establecido en la ley, en la Constitución y las recomendaciones de organismos y entidades de derechos humanos.
Aunque podría pensarse esta causa como una situación de confusión o error judicial masivo, ello se disipa frente a la legal claridad para absolver o sobreseer a allegados a la familia política o judicial.
Se dice que la obediencia es llevar a cabo lo que dicta una orden o lo que manda una persona. El diccionario además habla de obediencia ciega cuando se presta sin examinar los motivos o razones de quien manda y obediencia debida cuando se rinde al superior jerárquico eximiendo de responsabilidad.
Y si no es por error, ¿será por este lado?
LLAMADO A POBLAR EL PAÍS, EVITAR APORTES
Y SUMAR VOTOS PARA PRÓXIMAS ELECCIONES
Más o menos es lo que ahora debiera ponerse nuevamente en boga frente a esa intención de agregar años a mujeres que no hubieran aportado al sistema jubilatorio, por cada hijo que tuvieran.
Se habla de 3 años más y nada se dice de los niños adoptados, o de los lamentablemente fallecidos o de otros casos excepcionales, pero pareciera que esos detalles no tienen importancia y sí la tienen los resultados, algo así como “bonus track” al festival de subsidios que vivimos los argentinos.
El fin social de tal iniciativa puede que sea aceptable, plausible, patriótico, solidario y con todos los adjetivos que le quieran poner, pero no deja de representar un acto de injusticia para todos aquellos argentinos y argentinas que se deslomaron para juntar años y aportando buen dinero que les permitieran una jubilación digna, aunque esta dignidad por lo general estè alejada de la realidad.
De ninguna manera se ataca en lo personal esta cuestión, pero bueno sería conocer cuál será la fuente de recursos para que no caigamos al final de siempre, que están para eso las arcas de la Anses, a la que contribuyeron como recién les apuntaba, millones de compatriotas que luego vieron evaporarse muchos de esos fondos en el fútbol para todos, autos para todos, bicis para todos, carne para todos y otras lindezas.
Nada mejor entonces que abordar este tema con alguien que de jubilaciones sabe un montón, como lo es el abogado, nuestro abogado, el Dr. Héctor Mario Silvestro, hombre de Laspiur…
La participación del especialista en Derecho Previsional, abogado Héctor Mario Silvestro, sumamente interesante por su contenido analítico y los detalles que aportara, puede ser consultada en el área correspondiente de este blog, ubicada en “Audios”, parte superior de la columna de la derecha.
NUEVA DEMOSTRACIÓN SOLIDARIA DE ESTOS VIEJOS
“SOCIOS” PARA CONSEGUIR AJUSTES DEL BOLETO
Miles de trabajadores en aquella no muy lejana ocasión perdieron presentismo, puntualidad, suplementos dinerarios y otros estímulos porque en una mezcla de capricho por el precio del boleto y de feroz lucha interna en lo gremial, quienes pagaron el pato fueron los usuarios, sostenedores y muy caros, de un sistema de transporte perverso como el que padecemos aquí, en la docta Córdoba.
Pero la historia y la memoria demasiado reciente nos enseñó que no todo estaba dicho, porque aquella insensibilidad por la que algunos dirigentes sindicales llegaron a pedirle disculpas a la ciudadanía, ahora se renovó con el agravante de atacar en plena pandemia, con mucha gente que no pudo llegar a los vacunatorios o desplazarse para hisopados, consultas médicas, o de última para ir a trabajar en los lugares habilitados, cuando las monedas suman y la necesidad oprime.
UTA y la FETAP evidentemente se asociaron con el mecanismo de siempre: presionar al poder concedente para que ajustara el precio del boleto ,no a la realidad acuciante que vivimos, sino al capricho de quienes se mueven con los mafiosos mecanismos del apriete.
La Muni, por ahora los reculó con costas adelantando que no pensaba modificar la tarifa de nuestro deficiente transporte urbano. Y desde la Nación adelantaron que no enviarían nuevos subsidios.
Por ahora las cosas quedaron allí pero que no nos provoque sorpresa que en cualquier momento, cuando la lucha interna del gremio levante temperatura, volvamos a padecer esa costumbre de ver a los candidatos a carteludos, usar de rehenes a miles de cordobeses con tal de llegar a la conducción.
Es como si allí los estuviera esperando algún oculto tesoro…
SI DEVUELVEN LO CONFISCADO COMO “GANANCIAS”
SERÁ MENOS PENOSO PAGAR TRIBUTOS ATRASADOS
Las cosas por ahora se han encaminado a una justa solución con la eliminación de despojar esa suma por aquel concepto a la clase pasiva y no tan pasiva, porque la crisis a muchos de ellos les hace retomar trabajos para hacer menos penosa la subsistencia.
La ley está, pero falta su reglamentación, que es la clave del asunto especialmente porque es lo que regula su aplicación.
Haciendo un paréntesis, es para recordarle a los que mandan que si un ciudadano se atrasa en el pago de cualquier tributo, la máquina automática del despojo les recarga montos por mora y algunas otras penalidades dinerarias aunque sea incluyendo el pago en cómodas cuotas con el consiguiente plus por la tardanza en pagar.
Entonces cabe preguntar que si eso es lo correcto, ¿sería correcto también que cuando devuelvan lo despojado al segmento más desprotegido de la comunidad, a los más vulnerables y afanables, le agregaran los intereses devengados para el Estado por la utilización de esos dineros por tanto tiempo?
Porque si la devolución se hace en 5 cuotas, cuando los viejos cobren la última con la inflación que nos agobia, recibirán un par de monedas, si es que quedan.
Y eso, con nuestros jubilados, sería otra tremenda injusticia.
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